¿Qué es el quiste de Baker?
El quiste de Baker es una patología consecuencia del hueco poplíteo, el espacio de atrás de la rodilla. A muchas personas les duele en esa parte del cuerpo, les aprieta, por así decirlo, y les cuesta hacer los últimos grados de flexión de rodilla. Si no puedes ponerte de cuclillas y tienes dolor en el hueco poplíteo, entonces probablemente estemos hablando de esta patología.
El quiste de Baker se produce por una acumulación de la presión del liquido sinovial. ¿Por qué sucede esto? El líquido puede salirse de la articulación cuando hay una rotura en la cápsula articular, cuando hay un menisco que está roto, cuando los ligamentos de la rodilla se rompen o cuando existe una crisis artrítica. Todo esto hace que el líquido de la rodilla salga fuera y se acumule en la parte posterior, algo así como una bolsa que se acumula entre dos músculos: el semimembranoso y el gemelo interno, que cuando se inflama se pone más grueso y aparece el quiste de Baker.
Si el paciente trae una resonancia, podemos valorar de dónde viene, y además podemos hacer una ecografía en HD para poder acotar el quiste, su longitud, su evolución, si está cronificado, si tiene paredes gruesas de colágeno.
¿Es más difícil realizar el tratamiento y la recuperación si tiene mucho tiempo el quiste?
Efectivamente; cuanto más tiempo pase, más probabilidades de que esté cronificado, por lo que cuanto antes se trate mucho mejor.
¿Cómo es el tratamiento del quiste de Baker?
Al ser el quiste de Baker una consecuencia, debemos ir a la raíz del problema para poder tratar el problema real, que no es el quiste en sí, sino que puede ser una rotura de menisco, la artritis, una rotura de ligamentos, etc. y son estos problemas los que tratamos.
Cuando tenemos el quiste muy grande, debemos de acudir al traumatólogo para realizar una aspiración y meter glucocorticoide para evitar la recidivancia, que suele ser bastante frecuente.
Tengo un líquido en la rodilla, ¿esto puede ser un quiste de Baker?
El líquido en la rodilla puede formar un quiste; la que se acumula en la parte posterior forma el quiste de Baker, aunque se puede tener líquido repartido por toda la articulación.
Muchas veces el quiste se rompe y nuestro paciente nos describe esa situación como que "se ha derramado líquido por dentro de la pierna". Esto puede dar lugar a un mal diagnóstico como es la trombosis venosa profunda, ya que al tener toda la pierna inflamada hasta el tobillo puede dar a confusión. Por ello, hay que realizar una ecografía con Doppler para ir valorando cada uno de los principales vasos sanguíneos de la pierna y vemos si colapsan. Si los vasos no colapsan, es cuando debemos derivar a un vascular; en caso contrario, hay que tratar todo el problema articular, que es el que está produciendo la inflamación.
Normalmente la causa del quiste es la que produce el dolor. Sin embargo, el quiste en sí suele ser casi indoloro aunque limita el movimiento.
¿La edad influye en el quiste de Baker?
A mayor edad, se tiene una cápsula articular más débil y se tiene tendencia a una mayor inflamación en la articulación y mayor inestabilidad en la rodilla. Suele ser frecuente que se produzca el quiste de Baker en personas mayores de 40 años; en personas jóvenes no suele darse.
En la Clínica Javier Navarro ponemos a disposición del paciente un tratamiento global, desde el que realizan los fisioterapéutas; pasando por el traumatólogo, que debe de realizar la aspiración y la infiltración del corticoide; el podólogo, que debe analizar la marcha del paciente mediante un estudio podométrico y se realiza una plantilla estructural o de posturología; y el readaptador, que debe de trabajar para que el paciente se reincorpore a su vida diaria.
