Seguro que todos, en alguna ocasión, nos hemos levantado con dolor intenso en el cuello. Este dolor suele ser la consecuencia de una tortícolis ¿Quieres aprender ejercicios para mejorar ese dolor? ¡Atento!
¿Qué es la tortícolis?
El cuello doblado “Trotus collum” o como comúnmente se le llama, la tortícolis, aparece cuando los músculos del cuello se contraen de forma prolongada.
Otra forma de llamar a esta dolencia es cervicalgia aguda con posible irritación nerviosa y su síntoma más frecuente es un bloqueo en las cervicales.
El músculo más afectado es el esternocleidomastoideo pero también pueden estar afectados otros músculos, como el angular de la escápula o el escaleno. Cuando sufrimos tortícolis la cabeza se dobla ligeramente hacia un lado y la barbilla mirará hacia el lado contrario.
¿Qué síntomas presenta la tortícolis?
Casi todo el mundo, alguna vez, ha sufrido los síntomas y puede detectar el dolor con mucha facilidad.
La tortícolis presenta un dolor agudo e intenso en el cuello y dificulta la movilidad de la cabeza en todas las direcciones. Algunas veces, este dolor llega a ser tan intenso que puede llegar a doler la cabeza, producir mareos o que llegue el dolor al brazo o la nuca.
Los músculos del cuello estarán rígidos y la cabeza tomará una posición extraña.
Tipos de tortícolis
No todas las tortícolis son iguales, existen 4 tipos:
- Tortícolis común: Este tipo de tortícolis suele darse por malas posiciones o malos movimientos del cuello. Puede ocurrir al dormir, utilizar el teléfono, estudiar, trabajar…
Otras de las posibles causas puede ser la ansiedad o el estrés, un latigazo cervical en un accidente de coche, una infección bacteriana… aunque estas causas son menos frecuentes.
- Tortícolis idiopática: No se sabe la causa.
- Tortícolis congénita: Es aquella que se da en los bebés por una mala posición en el útero durante el crecimiento.
- Tortícolis espasmódica psicógena: Este tipo se relaciona con la fatiga y el estrés y puede aparecer con unas crisis espasmódicas de la musculatura que se acompañan con fuertes dolores.
Ejercicios recomendados para la tortícolis
Existen una serie de ejercicios que, junto a sesiones de fisioterapia, ayudarán a devolverle la movilidad y disminuir el dolor de tu cuello.
Cabe destacar que estos ejercicios deben realizarse de forma muy suave, tranquila y lenta.
1. Rotación activa de la cabeza
Tumbado en una superficie lisa horizontal y con un cojín en la cabeza, gira la cabeza hacia la izquierda, descansa unos segundos en el centro y gira la cabeza a la derecha. Todos los movimientos deben ser muy lentos ya que el objetivo es aumentar la movilidad poco a poco.
2. Estiramiento de los suboccipitales
Siéntate en una silla recto y lleva tu barbilla al pecho. Pon tus manos en la nuca y empuja hacia abajo unos segundos. Tras esto, vuelve lentamente acompañando con las manos.
3. Estiramiento cervical lateral izquierdo
Inclina la cabeza hacia el lado izquierdo intentando que la cabeza toque tu hombro y estira tu hombro derecho hacia abajo. Una vez hecho esto, vuelve y relaja la postura. Repite con el otro lado.
4. Estira el esternocleidomastoideo
Agárrate la clavícula y tira de tu hombro hacia abajo. A la vez, inclina la cabeza hacia el lado contrario, un poco hacia atrás y gira la barbilla hacia el lado de la clavícula que agarras. Mantén unos segundos.
5. Remo
Extiende los brazos, saca la barbilla y arquea la parte de arriba de la espalda. Seguidamente, vuelve los hombros hacia atrás, saca pecho y mete la barbilla dinámicamente.
6. Giro hacia atrás
Siéntate en una silla recto, mete la barbilla y gira el cuello para mirar tu hombro. Pon una mano en la barbilla y otra en la nuca y presiona para girar más aún la cabeza.
7. Readaptación postural cervical
Presiona la cabeza contra una pared. Si no la tocas, utiliza un cojín y mantén unos segundos. Intenta que a la vez estires la cabeza hacia el techo.
8. Estiramiento de los músculos trapecio y angular del omoplato
Gira la cabeza hacia el lado contrario que quieres estirar y lleva la barbilla hacia la axila. Mantén unos segundos y vuelve a la posición inicial ayudándote con la mano.