¿Qué es el ligamento cruzado?
La rodilla está formada por tres huesos: el fémur, la tibia y la rótula; y por cuatro ligamentos, principalmente: lateral interno, lateral externo, cruzado anterior y cruzado posterior.
Los ligamentos son estructuras muy fibrosas formadas por colágeno, elastina y fibroblastos que permiten la estabilización pasiva y la regulación de la rodilla, a pesar de que cada uno cumple una función específica dentro de la articulación.
Centrémonos en el ligamento cruzado anterior y en el ligamento cruzado posterior, puesto que son una de las lesiones deportivas más frecuentes que recibimos en la Clínica Javier Navarro.
El ligamento cruzado anterior conecta el hueso del fémur con la tibia e impide que esta se deslice hacia delante y choque contra el fémur. Por su parte, el ligamento cruzado posterior impide que la tibia se deslice hacia atrás, por debajo del fémur.
Cuando un ligamento anterior se rompe o se desgarra, la articulación de la rodilla falla y puede causar un impedimento en la vida diaria del paciente. Esta rotura puede ser total o parcial.
Síntomas de una rotura de ligamento cruzado
Una rotura de ligamento cruzado es una lesión muy dolorosa, aunque en algunos casos el ligamento puede romperse por degeneración y el paciente apenas notar síntomas. Algunos de los síntomas que podemos encontrar son los siguientes:
- Sensación de chasquido en la rodilla en el momento de la rotura del ligamento cruzado.
- Dolor intenso y/o de poca duración.
- El dolor, incluso, puede llegar a desaparecer con reposo
- Se pierde parte de la amplitud del movimiento, sobretodo, los grados de mextension máxima y flexión máxima.
- Este tipo de lesiones suelen provocar hinchazón en la rodilla.
- Sensación de calor en la rodilla.
- Hemartrosis (hemorragia en la cápsula articular).
- Mayor inestabilidad de la articulación de la rodilla al subir escaleras y/o bajar pendientes.
Factores de riesgo
Los ligamentos, como hemos dicho previamente, son fibras de colágeno y elastina principalmente. En el caso de los ligamentos de la rodilla, un mal apoyo o practicar un deporte de contacto, con giros bruscos de esta articulación, pueden ser factores de riesgo. Veamos cuáles son estos:
- Si se practica un deporte frecuentemente, el tipo de suelo en el que se practica puede ser desencadenante de una rotura de ligamentos cruzados.
- Practicar un deporte de contacto, como fútbol, baloncesto, esquí, béisbol, padel o tenis , entre otros. Este tipo de deportes, además, se caracterizan por tener giros rápidos, y cambios de sentido con el pie fijo en el suelo (pivotar).
- Uso de calzado inadecuado
- Factores hormonales.
- Género. Las mujeres tienen mayor prevalencia de sufrir una rotura de ligamento cruzado.
- La falta de tensión o distensión articular y ligamentosa generalizada supone un factor de riesgo, tanto para hombres como para mujeres.
- Una rotura de ligamentos cruzados anterior /posterior también puede ser factor de riesgo de volver a sufrir esta lesión.
Causas de la rotura de ligamentos
Las causas de la rotura de ligamentos cruzados son las siguientes:
- Cambios bruscos de dirección. Esta causa suele darse en suelos duros y pegajosos que dificultan la rotación de rodilla o en la arena.
- Una parada repentina a toda velocidad.
- Mala postura al saltar. Saltar y aterrizar con la rodilla totalmente estirada, puede ocasionar una mala absorción del impacto y conllevar una rotura de ligamentos cruzados. Esto suele darse en deportes como el voleibol o el baloncesto.
- Choque directo o una colisión con el pie apoyado en el suelo en un deporte de contacto, como en un partido de fútbol, por ejemplo.
- La falta de regeneración de los ligamentos aumenta la probabilidad de padecer esta lesión.
Tratamiento y recuperación de una rotura de ligamentos cruzados
Con el tratamiento para la recuperación de rotura de ligamentos cruzados, se pretende conseguir tres objetivos: alivio del dolor, estabilización de la rodilla y restaurar el desarrollo de la fuerza y la coordinación de la rodilla.
Para ello, un fisioterapeuta llevará a cabo un tratamiento personalizado para el paciente. En la Clínica Javier Navarro, tenemos una sinergia entre las técnicas más tradicionales con herramientas vanguardistas que consiguen una recuperación pronta y eficaz del paciente con rotura de ligamentos cruzados.
Algunos de los tratamientos que utilizamos son:
- Oxigenación hiperbárica
- Laserterapia
- Magnetoterapia de alta intensidad
- Readaptación físico deportiva
- Electrolisis ecoguiada
- Vendaje neuromuscular
- Drenaje linfático
- Aplicación de técnicas traumatológicas
Cirugía
La cirugía en una rotura de ligamentos cruzados de rodilla no es obligatoria. Es decir, depende de múltiples factores, aunque en la mayoría de los casos siempre sea la primera opción.
El quirófano se elude cuando la lesión no afecta a la vida diaria del paciente y así se le evita el proceso de recuperación que conlleva una operación del ligamento cruzado anterior de rodilla, la cual requiere un postoperatorio largo (alrededor de 7 o 9 meses de recuperación).
Para contemplar la posibilidad de cirugía, entran en juego tres factores determinantes: la edad del paciente, el grado de inestabilidad y otras lesiones asociadas, como la rotura de meniscos, ligamentos o cartílago.
Si el paciente es de avanzada edad y no realiza mucha actividad física, la cirugía no sería su mejor opción. Se suele intervenir a aquellos pacientes jóvenes, de hasta 45 años, que presentan una rotura grave y por la cual no podrían volver a su rutina diaria. En muchas ocasiones, la cirugía puede resultar clave porque un ligamento cruzado anterior/posterior no intervenido puede mostrar signos degenerativos con el paso del tiempo.
Igualmente, y en caso de cirugía, se recomienda acompañar la intervención con un tratamiento de fisioterapia:
- Antes de la operación, la fisioterapia reduce la inflamación, aumenta el rango de movimiento y fortalece los cuádriceps para conseguir mejores resultados en la intervención.
- Después de la operación, la fisioterapia es clave, puesto que guía la recuperación del paciente y evita recaídas.