El esguince de tobillo es una de las afecciones más tratadas en la fisioterapia y, a pesar de los tratamientos conservadores, puede tener una pronta recuperación si se atiende rápido.
¿Qué es un esguince de tobillo?
El esguince de tobillo, como cualquier esguince, es una distensión de un ligamento, es decir, un estiramiento con o sin rotura, dependiendo del grado. Los ligamentos están formados mayormente por colágeno y son los que permiten el adecuado movimiento de la articulación, ya que la estabilizan de forma pasiva en todo momento.
Dentro del diferente grado de distensión de los ligamentos, podemos encontrar diferentes grados de esguinces de tobillo:
- Grado 1. En este nivel, los ligamentos se estiran, pero no llegan a romperse. Aunque no se produce una ruptura, el ligamento puede presentar inflamación y sensibilidad, lo que provoca dolor en el tobillo afectado.
- Grado 2. En este caso, los ligamentos se rompen parcialmente. Es común escuchar que alguien tiene una “rotura de ligamentos”, cuando en realidad se refiere a un esguince de tobillo de segundo grado. Esta lesión suele generar más dolor e inflamación que un esguince de grado 1.
- Grado 3. Es el grado más grave, en el cual que los ligamentos se rompen por completo. Este tipo de esguince es el menos común, aunque casi siempre suele requerir de una intervención quirúrgica para su reparación.
Aprende más sobre los esguinces.
Síntomas y diagnóstico
El esguince de tobillo tiene una particularidad: es muy llamativo. En el momento en que se produce la distensión del ligamento, se produce una inflamación muy rápida, produciendo un edema. La zona afectada genera mucho líquido y en cuestión de minutos se produce una inflamación.
Además de la inflamación, el esguince de tobillo viene acompañado de limitación del movimiento y dolor, aunque en reposo este disminuye o desaparece. Por ello, en muchos tratamientos conservadores se recomienda el reposo del tobillo en los primeros estadios.
Diagnosticar un esguince de tobillo es muy sencillo, especialmente, si ha habido un traumatismo previo. La dificultad del diagnóstico aparece cuando hay que concretar la causa que lo ha provocado, como una predisposición al esguince, una articulación mal posicionada, mala pisada, rodilla en torsión… o ha sido un traumatismo directo.
La ecografía nos permite diagnosticar el esguince de tobillo. Si el ligamento está inflamado y el paciente describe toda la sintomatología anterior, no hay duda: estamos ante un esguince de tobillo.
Causas del esguince en el tobillo
Algunas de las causas que puede provocar un esguince de tobillo son:
- Torceduras o traumatismos
- Terreno pedregoso, irregular o resbaladizo
- Uso de zapato inadecuado, como tacones
- Estrés del tobillo
- Soportar cargas trasversales
- Hiperlaxitud
¿Existen los esguinces de tobillo crónicos?
Los esguinces crónicos existen y son muy frecuentes. Sin embargo, debemos entender una patología como crónica cuando un paciente lleva con ella, al menos, seis meses. Esto no significa que ese esguince nos vaya a acompañar el resto de nuestra vida, como sí que puede ocurrir con algunas enfermedades crónicas, sino que llevamos seis meses con el esguince.
Un esguince crónico puede tratarse, aunque su recuperación no va a ser tan rápida, ya que puede haber muchos factores que lo perpetúen.
Tratamiento de un esguince de tobillo
La fisioterapia es fundamental en la recuperación del esguince de tobillo. Con el trabajo fisioterapéutico, se puede acelerar el proceso de recuperación. Hay que estudiar cada caso para proporcionar el mejor tratamiento. No hay dos esguinces de tobillo iguales.
Es importante comenzar con el tratamiento cuanto antes, incluso cuando está presente el edema. Hay que corregir la estructura que produce ese daño. Cuando el tobillo se lleva al límite del movimiento, los huesos que forman la articulación quedan mal posicionados, llegando incluso a escuchar que el tobillo “está abierto”. Con fisioterapia y osteopatía, los huesos se colocan bien para evitar que se cronifique y evitar el alargado tiempo de reposo.
El tratamiento más extendido en el esguince de tobillo es el reposo. Sin embargo, y a pesar de que este pueda ser necesario, el reposo debe ser el mínimo posible para evitar males mayores. Con un vendaje para sujetar las estructuras afectadas, el paciente puede apoyar el pie desde el principio, siendo casi innecesario el reposo en los esguinces leves.
En los tratamientos del esguince de tobillo, podemos utilizar la Vacusport, con efecto de vacío intermitente, para drenar el tobillo muy rápido sin dolor. El láser de alta potencia se utiliza para bajar la inflamación y regenerar el tejido dañado; posteriormente, se procede a movilizar suavemente la zona a través de técnicas manuales.
La EPI ecoguiada se puede utilizar también para el tratamiento de los esguinces de tobillo. Con ayuda de unas agujas especiales, prácticamente indoloras, y de forma ecoguiada, se estimula el ligamento afectado para que se active el sistema inmunológico y regenere el tejido dañado. El readaptador deportivo también interviene en el tratamiento de esguinces de tobillo para evitar recaídas; no solo para deportistas, sino para todo aquel que lo necesite.
La magnetoterapia de alta intensidad, la terapia con radiofrecuencia y presoterapia con frío ayudan a bajar la inflamación y el tratamiento del dolor del esguince de tobillo desde el primer minuto.
En lo referente al tratamiento, hay veces en las que tenemos que indagar en la causa del problema, como la posición del tobillo, cargas recibidas, pisada, etc.
